Autor/ David Alcácer
Imagen/ XL Semanal, Cadena SER, Onda Cero, Punto Radio, RTVE
«Sólo desaparecería con la luz de la mañana, con la reaparición del café con leche que devuelve a las construcciones sólidas y arranca la telaraña de las altas horas a manotazos de boletín radial y ducha fría».
Ya lo anunciaba Julio Cortázar en su Rayuela, no hay despertar para millones de personas sin radio. En concreto en España, para -contado a grosso modo- doce millones si contamos únicamente los programas de las cadenas de carácter estatal. Dos terceras partes renuncian a la música, el buen rollo perenne y las bromas telefónicas de los programas despertador de las radio-fórmulas y se decantan por la radio informativa. Bueno, informativa y, a partir de cierta hora, entregada a la opinión.
Precisamente a los programas matinales de las cadenas generalistas dedicó el suplemento dominical XL Semanal un reportaje con la excusa del noventa aniversario de la radio comercial. Concretamente, a sus presentadores, los llamados comunicadores-estrella, cuya personalidad, credibilidad y notoriedad (haber pasado por la televisión ayuda) son los que marcan la diferencia.
Viendo la fotografía de portada (¿es un montaje o una sesión conjunta?), llaman la atención dos aspectos. Eso sí, ninguno de ellos es nuevo. Por un lado, el monopolio de los hombres. Julia Otero y Ángels Barceló son las que más claramente se han rebelado con sus declaraciones sobre esta situación (sólo rota durante unos meses por Concha García Campoy cuando Antena 3 vivía su última temporada). Tanto la gallega como la catalana, en circunstancias normales, es decir, si la igualdad de género en el ámbito profesional fuera un hecho, habrían disfrutado ya de su oportunidad en el tramo estrella de la radio.
El otro detalle que llama la atención es la ausencia de Ignacio Villa y de Federico Jiménez Losantos. Es decir, son todos los que están pero no están todos los que son. En cuanto al turolense, tiene a su favor que, guste o no, es una personalidad de referencia, que da mucho que hablar y un atractivo entrevistado: Siempre aporta titulares que no dejan indiferente. En el otro lado de la balanza, Losantos, a día de hoy, no cuenta con el altavoz de una cadena estatal. Además, XL Semanal se reparte con diarios del Grupo Vocento. Ata cabos: Tensa relación Losantos-Del Olmo, Punto Radio aspira –bueno, aspiraba- a sacar tajada de la desaparición (entrecomíllese) de Jiménez Losantos y la fuga de oyentes de COPE,…
Este último argumento también se puede aplicar a la ausencia de Ignacio Villa (ahora en La Palestra, de 13:30 a 15:30h). ¿Es que al suplemento ya le constaba que Villa sería sustituido al final de temporada? Era un rumor insistente y con fundamento pero, además, subyace en esta decisión una desconsideración hacia su labor. Un desprecio compartido por otros periodistas, blogueros/as. columnistas o foreros/as. Pasa en todos los ámbitos, en el colegio un chaval o chavala se convertía en el centro de las bromas porque la crueldad infantil exige una víctima, Fernando Morán se convirtió en el protagonista de toda una serie de chistes,…
No comulgo (nunca mejor dicho) con las opiniones ni la ideología de Nacho Villa, pero creo que ha sufrido un linchamiento injustificado. Cierto que Villa no tiene una gran voz ni carisma pero su programa estaba trabajado, estructurado y tenía ritmo… Algo que no pueden decir todas las ofertas matinales de la radio generalista. E, insisto, estoy en las antípodas de la COPE y todo lo que significa pero me subleva contemplar la cantidad de cobardes que, parapetados tras la multitud, aprovecha para burlarse y golpear al débil tras dos malos EGMs. La mejoría en la última oleada y la contratación de Buruaga acallaron esas voces.
Como desagravio, Rafael Sánchez, otra víctima de la revolución COPE, entrevistó a Villa ese mismo fin de semana -mayo de 2010- planteándole un cuestionario similar al de los protagonistas del reportaje.
Gabilondo y Del Olmo: Duelo al amanecer en El Semanal
Hay un notable antecedente a este reportaje que data de septiembre de 2002, el encuentro entre Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo. Ocho años más tarde, ninguno repite presencia. El periodista donostiarra porque dejó –bueno, le empujaron a dejar… con su consentimiento- la radio (me temo que de forma definitiva) y el leonés porque, de forma paulatina, ha ido cediendo terreno en su Protagonistas.
El encuentro discurrió en territorio neutral (es decir, no en las páginas de El País Semanal) y, de nuevo, mostraron su relación cordial basada en el respeto entre ellos y hacia el medio. Del encuentro de estos dos competidores -que no adversarios- rescatamos algunos pasajes. También participó Luis Herrero, por entonces en la mañanas de COPE, aunque no apareció en la imagen de portada. Y una curiosidad que demuestra que no todo cambia: De las entrevistas se encargó Virginia Drake, la misma periodista que en el reportaje de 2010.
«El género de la tertulia es más brillante que solvente. Nunca me han gustado. Demasiadas veces la actualidad pilla a los contertulios sin conocimientos suficientes del tema obligándoles a improvisar»
[Iñaki Gabilondo]
«La radio privada dejaría de existir si no hubiese un grupo de comunicación detrás. Nuestro sueño sería que cada emisora dependiera de sí misma sin pertenecer a un grupo empresarial-político concreto».
[Luis del Olmo]
«Pienso permanentemente en la jubilación. La radio es mi pasión pero no voy a tener tantos problemas como Luis del Olmo para dejarlo. En la línea del programa-machaque como Hoy por Hoy, a lo sumo me quedan dos o tres años».
[Iñaki Gabilondo]
«Si el EGM me contara que estoy por debajo del millón de oyentes probablemente el EGM sería quien me mandara a casa (…) La tristeza de un hombre de radio es el tener la sensación de que predicas en el desierto».
[Luis del Olmo]
Del Olmo, en todas las salsas
De vuelta al reportaje de XL Semanal de 2010, nos topamos con un artículo de Luis del Olmo, que cede su sitio en la portada a favor de Félix Madero –el menos popular y, por tanto, el más necesitado de promoción de los que aparecen- pero que se reserva un espacio en el que ejercer de patriarca de la radio española actual (no sin razón). De su texto merece la pena rescatar unos cuantos pasajes:
“La radio cumple noventa años y no se puede decir que sea una anciana. Todo lo contrario, continúa estrenando juventud (…) Nadie puede envejecer las palabras de la radio en libertad. Llegarán a centenarias, pero nunca perderán su renovada juventud”.
“La radio, nuestra radio, se ha convertido en un punto de encuentro desde la libertad y hacia el diálogo. Pero es más. Ha vuelto a reconquistar un espacio perdido: el sentido del espectáculo, que en su día cedió a la televisión. La radio ha vuelto a salir sin complejos a los teatros y a los grandes escenarios, y el público llena los aforos para ser testigo en directo del espectáculo de la palabra viva”.
“En plenas libertades democráticas, el Estado sigue controlando la radio. Las nuevas tecnologías se están liberando de esta tutela. La comunicación ha roto fronteras (…) La radio que viene tendrá que ahondar en su propia esencia. Habrá radio en la medida en que se adapte como un guante a la realidad de sus gentes, dependa exclusivamente del oyente y sea portavoz de sus inquietudes. La radio seguirá en la brecha mientras continúe siendo una auténtica factoría de diálogo”.
Cuatro miradas, cuatro voces
En cuanto a las declaraciones de los cuatro conductores de programas matinales, hay frases reseñables, como no. Aún así, el cuestionario es discutible (y anodino por momentos). Ignoro, por ejemplo, el porqué del empeño de la autora del reportaje -la citada Virginia Drake- en preguntar acerca de la adquisición de Cuatro por parte de Telecinco o de la opinión del cuarteto acerca de los contenidos relacionados con la vida social y el corazón en los medios. Algo que se convierte en chocante cuando la propia Drake les interroga sobre sus propias parejas.
A la hora de subrayar algunas frases de cada uno, hagámoslo (por seguir un orden) de mayor a menor audiencia. Es decir, rompe el fuego Carles Francino:
“Tardé un mes en decir que sí a la propuesta de presentar Hoy por Hoy, cuando me lo plantearon por tercera vez. Acepté porque estaba acojonado y nunca he querido dejar de hacer una cosa por miedo”.
“Gabilondo y Del Olmo son fruto de una época muy concreta que cabalgó antes de la transición, durante y después. Y eso les ha dado un impulso de muchos años que los convirtió, efectivamente, en vacas sagradas. Ninguno de nosotros cuatro somos vacas sagradas. Yo no lo soy ni aspiro a serlo. Para mí, esto tiene un tiempo, que a lo mejor pueden ser diez años”.
“Creo que la SER ahora, y hace veinte y veinticinco años, es lo más parecido a España que tenemos en la radio, básicamente por su implantación territorial (…) La SER ha sido durante muchas décadas una radio institucional, como RNE. En mi opinión, la SER ha sido ‘la otra Radio Nacional’ y éste es su principal activo. Por eso, podemos y debemos hacer una radio muy transversal, no podemos escorarnos ideológicamente”.
“Yo empecé a trabajar en una COPE muy distinta a la de ahora. Es complicada la movilidad; en la actualidad es muy difícil, y esto es una mierda, con perdón. Quiere decir que lo estamos haciendo fatal, que estamos balcanizando la profesión… Unos más que otros”.
Carlos Herrera, que escribe una columna semanal en el propio suplemento dominical, aporta reflexiones llamativas e, incluso, un homenaje a la (penúltima) campaña de Ikea:
“Adoro RNE, es una república independiente. En esa emisora importa bastante menos que más quién manda. Siempre ha sido independiente, aunque yo suelo decir que el medio más independiente es en el que yo esté”.
“Televisión y radio son dimensiones distintas de negocio, pero no me disgustaría una gran cadena al estilo de la SER, con fusiones entre COPE, Onda Cero, Punto Radio… Es decir, si la SER tiene cuatrocientos postes, entre propias y asociadas, otra cadena de dimensiones parecidas sería interesante. Ahora, algo me dice que pudiera ser”.
“El humor es la tintura, pero nunca debe ser el contenido básico. Yo afronto mi vida con distanciamiento, con ironía. Sin embargo, hay quienes prefieren hacer una tragedia permanente de todo, incluso de la información del tiempo”.
Juan Ramón Lucas, conductor de En días como hoy, también dejó algunas perlas cultivadas:
“La crispación política es parte del negocio y del espectáculo, pero, claro, cuando se traspasan unos límites, ni es periodismo ni es información. Creo que podría trabajar en distintas emisoras porque me considero un periodista independiente”.
“Mi programa es en el que menos parcialidad hay (…) Practico radio pública independiente. No me levantaría encantado a las tres de la mañana si tuviera que venir a dar doctrina y a seguir instrucciones. A mí nadie me presiona, aunque no descarto que estén presionando a los de arriba y ellos estén parando los golpes”.
Y, por último, las impresiones del madrileño –aunque “se considera manchego al cien por cien”- Félix Madero, unos meses antes de completar su primera temporada en la jungla matinal en los micrófonos de Punto Radio:
“La empresa me planteó hacer un programa coherente con la línea del grupo Vocento y que me hiciera hueco entre las grandes cadenas (…) Me dijeron que teníamos tiempo, no demasiado, pero que para conseguir las cosas en radio había que trabajarlas y reposarlas mucho”.
“Mi sello es la contundencia informativa: Ironía y claridad; y que el oyente no se aburra sin necesidad de convertir el programa en un circo. Yo quiero que el oyente vea en mí a un hombre que se puede equivocar pero que no va a engañarlo nunca”.
Autor/ David Alcácer
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Etiquetas: Carles Francino, Carlos Herrera, Félix Madero, Iñaki Gabilondo, Ignacio Villa, Juan Ramón Lucas, Luis del Olmo
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